El verano parece no haber llegado a Holanda. Estamos en pleno julio, con 15 grados de media, aunque el sol de la tarde parece haber animado las ansias veraniegas de los ciudadanos de este país de estanques, canales y vacas. Hoy nos hemos dedicado al siempre interesante deporte de las compras. Mañana toca ir en busca de los chocolates australianos [ya les contaré con más detalle, en otra ocasión, la historia de estos bombones] y celebrar los cincuenta cumpleaños de mi tío. Hasta el miércoles no me voy a Myanmar, así que, si el tiempo me lo permite, les seguiré contando qué tal me van las cosas por aquí. Un beso para todos.